domingo, 13 de junio de 2010

SUEÑOS ZULÚS.



SUEÑOS ZULÚS.

El Campeonato del Mundo y ese noble arte de la “guerra” para tiempos de paz.

Johannesburgo, 11 de junio de 2010, 16.00 horas, fue sin duda el DIA D y la HORA H.

Pistoletazo de salida a millones de sueños, ilusiones y pasiones desbordadas que desde el pasado viernes y hasta el próximo 11 de julio perseguirán en forma de bandera ese precioso trofeo dorado que otorga un orgullo enorme al país que lo recoge.

Un trofeo que algunos países ya han tocado, otros aspiran por poder hacerlo algún día y a poder ser, más pronto que tarde, por aquellos de las urgencias históricas.

El caso es que irremediablemente, el sueño lo arrancan 32 naciones, pero muchas se irán cayendo por el camino, como muchas se cayeron en su día, antes incluso del Mundial (pienso en Rusia, Ecuador, Suecia, Turquía, Croacia, Egipto e Irlanda esencialmente).

El contexto de este Mundial es complicado y supone una auténtica prueba de fuego para los organizadores, y por ende para la burguesía y aristocracia de la FIFA, que desde sus fortalezas de cinco estrellas, observan el panorama y el escenario con la suficiencia e hipocresía del tirano que gobierna a su antojo.

Crisis internacional galopante a nivel internacional, primer mundial en el continente africano con la carga política que ello conlleva, seguridad escasa por no decir nula en algunas ciudades sudafricanas que amenazan con dañar la imagen del país y del Mundial -si es que no lo han hecho ya-, y además de todo ello, se le suma la poca asistencia de aficionados extranjeros que se espera en Sudáfrica que conduce al triste aspecto que presentan estadios semivacíos. Si esto fuera poco, se le unen las bajas y lesiones de futbolistas que estaban llamados a tener un rol importante durante el campeonato (Essien, Obi Mikel, Bällack, Nani, Ferdinand y veremos como llegan Robben, Pirlo, Drogba y Humberto Suazo entre otros)

Ya hemos asistido a algunos partidos y algunas conclusiones ya podemos extraer, como que Sudáfrica se va a crecer y venderá cara la derrota como bien sabe ya Javier “El Vasco” Aguirre que pecó de conservador y tacaño negando la titularidad al deportivista de Andrés Guardado y al nuevo red devil “Chicharito” Hernández en el partido inaugural.

Que Francia tiene muchas papeletas de no pasar siquiera la primera fase, que Uruguay necesita algo más que Luis Suárez y Forlán y que Domenech y Tabárez primero piensan en defender y luego en lo demás.

Que Corea del Sur va muy en serio en este Mundial con su póquer de lujo en el centro del campo: Kim Jung-Woo, Ki Sueng Yung, Lee Chung-Yong y Park Ji-Sung y que Grecia se diluye como un azucarillo y se olvida en las grandes citas de la solidez y consistencia que atesora con anterioridad en las fases de clasificación. El éxito del “barco pirata” en la Euro’04 cada vez tiene menos explicación racional y uno piensa en una alineación de planetas como única causa.

Argentina ganó a una ingenua Nigeria de la mano de un Messi que cerró muchas bocas en un partido “normal” del “duende” que amenaza con maravillar al mundo y en especial a sus compatriotas.

Y por último la Inglaterra de Capello se estrelló contra el muro norteamericano en un partido que sirvió para demostrar que Inglaterra no es tan fiera como la pintan y que Estados Unidos ya está preparada para hacer grandes cosas en esta locura llamada fútbol y que ellos llaman soccer.

Dicho esto, un MUNDIAL DE FÚTBOL es siempre un MUNDIAL DE FÚTBOL, algo hermoso que merece ser vivido con pasión e intensidad. Un torneo que despierta sensaciones encontradas y a veces desconocidas (orgullo, vergüenza, alegría, tristeza, odio, indignación, pasión, etc…)

Y es que un Mundial es algo grandioso, algo que traspasa fronteras e incluso cambia las percepciones y las convicciones de las personas.

Un Mundial al fin y al cabo no deja de ser un gigantesco “Risk”, jugado en tableros verdes con rallas blancas y porterías, donde las piezas llevan pantalones cortos, dorsales, botas y gomina y los dados los lanza….¡ves a saber quien lanza los dados!.

Un Mundial es una fiesta hasta que el árbitro pita el inicio del partido inaugural. Tras ello, el Mundial es la batalla de batallas, la madre de todas las guerras, todo ello con la excusa de introducir el balón en una portería.

El Mundial, es un gran divertimento con tintes bélicos para una época de “paz”, cuyo único fin para los privilegiados participantes, es avanzar fases para acabar tocando ese precioso trofeo dorado, da igual el como.

Y es que al final…como ocurre casi siempre… “El fin siempre justifica los medios


VIA GOVIRAL

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