lunes, 16 de febrero de 2009

GARRINCHA. Genio y figura


Garrincha con la elástica blanquinegra de Botafogo



GARRINCHA. El pájaro feo, torpe y veloz

Manuel Francisco Dos Santos nació en Pau Grande, Río de Janeiro (Brasil), un 28 de octubre de 1933 y al igual que la mayoría de cracks brasileños de la historia del fútbol (salvo Kaká y alguno más) tuvo una infancia difícil.


Inicios complicados. Favelas, debilidad mental y poliomielitis
Este apartado suele ser un clásico cuando se habla de jugadores brasileños pero en el caso del gran Garrincha el concepto "infancia difícil" es hasta benévolo considerando todas las adversidades con las que se topó ya de inicio en la vida.
Manuel creció en un ambiente de pobreza máxima en un barrio de favelas como tantos otros cracks brasileros. Fue bautizado Garrincha por uno de sus hermanos, se conoce como garrincha a un pájaro que habita en las selvas del Mato Grosso, en Brasil. Dicha ave es fea, pero al mismo tiempo increíblemente veloz y torpe, por lo que suele ser cazada con mucha facilidad. Mané se ganó aquel nombre porque sus hermanos consideraban que era libre, puro y feo como aquel pájaro.
Garrincha nació zambo, es decir, que tenía los pies girados 80 grados hacia adentro, su pierna derecha era 6 cm más larga que la otra, además tenía la columna vertebral torcida y sus problemas se agravaron por una severa poliomielitis. De pequeño lo operaron para curarle la anormalidad de las piernas, pero no quedó bien, y esas mismas piernas le sirvieron para confundir a sus rivales, amagando jugar para un lado e irse para el otro. Además de todo, cabe destacar que era adicto al tabaco desde los diez años.
A pesar de que los médicos no le diagnosticaron un buen futuro deportivo, aprendió a jugar al fútbol y esa se convirtió en su mayor virtud. El psicólogo del seleccionado brasileño, el profesor Joao de Carvalahaes, consideraba que Garrincha era "un débil mental no apto para desenvolverse en un juego colectivo".
Garrincha pasó la infancia cazando, pescando, haciendo el amor y jugando al fútbol. Dicen que tenía, un talento intuitivo para todo. A los 14 años trabajaba en una fábrica textil. Y pensaba que el fútbol no hay que tomarlo seriamente. Cuando Brasil se sumió en el drama del Maracanazo (la derrota ante Uruguay en la final del Mundial de 1950), prefirió irse de pesca antes de oír el partido por la radio.

Trayectoria a nivel de clubes. Botafogo
Fue a probar displicentemente en los clubes de Río. El Vasco lo rechazó por no traerse las botas. Del Fluminense se marchó antes de terminar la sesión para pillar el último tren. Y, ya con 19 años, probó en el Botafogo y se quedó: 609 partidos entre 1956 y 1964 anotando 252 goles.
En su primer entrenamiento con el Botafogo, el club de su vida, colocó la pelota entre las piernas del consagrado Nilton Santos y la golpeó desde el otro lado. Nilton Santos, el mejor defensor brasileño de la historia para muchos, se convirtió en el mayor admirador y amigo de Garrincha.
Con Botafogo obtuvo tres títulos, y además fue elegido el mejor jugador del mundo en 1962.
En 1964 pasó al Corinthians de San Pablo; en 1968 se unió al equipo Junior, de Barranquilla, Colombia, club para el cual sólo jugó un partido contra Independiente Santa Fe de Bogotá, en el estadio Romelio Martínez, que se llenó para verlo jugar; en 1969 pasó al Flamengo; en 1971 fue contratado por el Red Star París, y en 1972 jugó en Olaria, de Río de Janeiro, club en el que cerró su carrera deportiva.

La canarinha, aquél mundial de Suecia 1958 y la famosa radio.
Garrincha jugó de tres Mundiales; Suecia 1958, Chile 1962 e Inglaterra 1966, ganando los dos primeros. En Suecia 1958 formó una de las mejores delanteras de la historia que se recuerdan junto a Pelé, Didí, Vavá, y Mario Lobo Zagallo.
Se situaba en el extremo derecho y repetía la misma jugada. Amagaba para un lado y otro, salía disparado y se frenaba en seco, simplemente para salir disparado hacia otro lugar. Con él llegó el espectáculo y el divertimento al fútbol. Seguramente nadie ha regateado ni regateará como él.
Jugó con la selección 60 partidos y anotó 17 goles. De esos 60 partidos ganó 52, empató 7 y perdió sólo uno contra Hungría (3-1) en Inglaterra 66.
Existe el rumor de que cuando el árbitro señaló el final del último partido del mundial de 1958 que ganó Brasil, Garrincha, al ver a sus compañeros celebrar el triunfo, preguntó que qué pasaba y cuando le contestaron que había terminado el mundial y eran campeones se cabreó porque eso significaba que ya no jugarían más y que se tenían que volver a Brasil, y es que Garrincha no había perdido el tiempo en Suecia.
Además, otra anécdota que circula es la de que durante aquel mundial de 1958 se compró una radio, por lo cual sus compañeros le dijeron que para qué la quería si solo iba a poder escucharla en sueco. Garrincha la encendió y al darse cuenta de aquello la devolvió.
Garrincha no jugó los dos primeros encuentros de aquel Mundial de Suecia 58, al igual que tampoco lo hizo un niño de 17 años llamado Pelé y es que Brasil estaba todavía bajo los efectos del palo recibido años atrás con el famoso Maracanazo.
La confederación brasileña llevó un arsenal de médicos, preparadores físicos y psicólogos y todos coincidían: "Garrincha no está preparado".
Sólo la intervención de sus compañeros ante el seleccionador, Vicente Feola, permitió que el “débil mental” y el “menino” jugaran ante la Unión Soviética.
Feola temía sobremanera a los rusos, pero entre Garrincha y Pelé los destrozaron. Su compadre Nilton Santos lo recuerda así: "Los soviéticos nos marcaban al hombre, pero, de repente, comenzaron a amontonar gente en el lado izquierdo de su defensa". Fue el inicio de una era gloriosa para Brasil, que batió a Suecia en la final (5-2). Cuatro años después, la canarinha llevó casi el mismo equipo a Chile 62. Garrincha tuvo un actuación sólo comparable a la de Maradona en México 86.
"Maestro, ¿hoy es la final?", le preguntó al seleccionador, Aymore Moreira, antes de la final del Mundial de Chile 62. "Ah, con razón hay tanta gente", respondió Garrincha antes de vencer a Checoslovaquia (3-1). Tal era su desapego de la solemnidad del fútbol que, tras el partido, se rezagó y recibió la embestida de un reportero: "Por favor, dos palabras para este micrófono". El hombre al que aplaudía el mundo se detuvo y replicó: "¿Dos palabras? Adiós, micrófono".
Pelé y Garrincha fueron dos personalidades opuestas. No hubo un futbolista más amateur en su espíritu que Garrincha. Ni nadie más profesional que Pelé. Garrincha fue incorregible y se peleó con el establishment del planeta fútbol. Pelé llegaría a ser el establishment.


Romances y vida privada. 36 hijos, alcohol, tabaco y fiesta.
En su vida privada Garrincha era literalmente un bala perdida, un amante de la noche, el tabaco y el alcohol. Se casó tres veces y tuvo en total 36 hijos, de los cuales “sólo” 14 hijos son reconocidos (otras fuentes hablan de 9). Ocho hijas de su primer matrimonio con Nair; uno de Elsa Soares (Garrinchinha, fallecido en accidente de tráfico); dos con Iraci; otro con Vanderleia; otro en Suecia (Ulf Linberg, fruto de un romance en la Copa del Mundo de 1958), y Rosangela, reconocida por una prueba de ADN.
Aunque su alma gemela fue Elsa Soares, una leyenda de la samba que había cantado con Louis Armstrong. Su relación, que duró 15 años, coincidió con sus demandas de más salario al Botafogo, lo que fue aprovechado por los radicales para hostigar a la pareja, que se trasladó a Italia.
Garrincha era un gran aficionado a las brincadeiras (bromas), apostador infatigable, bebedor hasta la muerte, Elsa trató sin éxito de controlarlo. "Fue perspicaz, pero jamás tuvo liderazgo", lo define Gerson Soares, productor de cine e hijo de Elsa, "pero tenía tanta confianza en sí mismo que no sabía ni los nombres de los adversarios". "Era un hombre tan despierto", agrega su hijastro, "que, en una excursión con el Botafogo a Europa, en 1955, tomaba cubatas en las barbas del severo entrenador, Zezé Moreyra. ¿Cómo? Añadiendo ron en la garrafa de Coca Cola que tomaba una tras otra en el lujoso transatlántico Conte Grande".

Decadencia y muerte.
Mané jugó desde 1953 hasta 1972. Hasta los 29 años fue indestructible ante el alcohol, la cortisona y las patadas. Pero se operó de los dos meniscos y todo acabó. Dos agentes bancarios fueron a su casa en Pau Grande y encontraron dinero pudriéndose en los armarios. El Botafogo también se aprovechó de él pagándole menos de lo que merecía.
Finalmente “el ángel de las piernas torcidas”, falleció en Río de Janeiro un 20 de enero de 1983, tenía 49 años y dejo este mundo al que siempre había regateado en la más absoluta miseria, según los médicos como consecuencia de un síndrome alcohólico y una posterior congestión pulmonar, cuentan que Garrincha murió de su propia muerte: “pobre, borracho y solo", sin duda un triste final para alguien tan alegre.
Su velatorio se realizó en el estadio Maracaná, y su ataúd fue cubierto con una bandera del club que lo vio brillar, el Botafogo.
Hoy en día Garrincha es recordado como el mejor extremo de la historia, y un crack que nadie pudo controlar nunca, sólo el alcohol pudo domar a ese pájaro feo, torpe y veloz que se ganó el corazón de un país por su alegría y sencillez y que hoy en día es aún recordado con cariño. Don Manuel, descanse en paz.
En su pueblo natal, Pau Grande, localidad de 8.000 habitantes le han dedicado escuelas, un estadio y como no varios bares. Su nieto Rafael se prepara para una prueba en el Botafogo, el club del abuelo.


Vídeo con las habilidades del mayor vividor de la historia del fútbol. Disfrútenlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un poco tarde mi comentario pero no podia dejar de felicitarte.Garrincha es una alegria para todos los que amamos el futbol, y seguramente la explicacion del por que jugadores como ronaldinho solo pueden venir de brasil. Un saludo
Fabi